
Siempre que podemos, nos las arreglamos para pasar un tiempo juntos. Encantadores los dos y grandes amigos. Esta ocasión fue en Jaca y, como siempre, aprovechamos la ocasión como Dios manda y vosotros, los mortales podéis comprobar. Eso era un menú del peregrino.
Con ellos no faltarán en la boda ni estilo ni elegancia. No os vayáis sin conocerlos.
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